La Rioja Provincia
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LA RIOJA
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Cambio del nombre de la provincia

Los reformadores liberales decimonónicos elevaron a nuestra región a la categoría administrativa de provincia del Reino de España. Con el Trienio Liberal la nueva provincia coincidió incluso 'casi' con el territorial y nominalmente con el de la región, es decir, con el de La Rioja (1822). Pero con la división administrativa liberal definitiva (1833), después de "la década ominosa", el consenso para su restablecimiento supuso pérdidas territoriales que fueron cuestionadas en 1836 (con la sublevación de los sargentos de La Granja) y en 1841 (cuando Espartero fue Regente del Reino) sin llegar a alcanzarse los territorios obtenidos en el Trienio Liberal. El nombre dado a nuestra provincia en el Trienio y en la reforma de Javier de Burgos no fue cuestionado durante casi siglo y medio de vigencia. Son los nuevos planteamientos de reforma administrativa del Estado, nacidos al desaparecer la dictadura franquista, los que ponen en marcha la reivindicación de que nuestra provincia deje de llamarse de Logroño y pase a denominarse de La Rioja.

El proceso para llegar hasta la sanción y promulgación, el día 15 de noviembre de 1980, del nombre de nuestra provincia como el de Provincia de La Rioja fue largo y debatido. Las primeras opiniones reivindicativas se escucharon en el verano de 1976 dentro de la polémica de la regionalización y de la Encuesta realizada por el diario "Nueva Rioja" bajo la pregunta "Se debe cambiar el nombre de la provincia. ¿Logroño o Rioja?" . Los posicionamientos y explicaciones no fueron coincidentes. Tanto los que se oponían como los que no, aducían razones, en algunos casos tan fuera de tono, como de "colonialismo" o de invocación a los "fueros" locales. De cualquier manera la prensa iniciaba la concienciación popular sobre el tema y pasaba "la pelota" a la administración y a los políticos.

Los trámites burocráticos para solicitar el cambio del nombre de nuestra provincia se fueron desarrollando desde la Diputación Provincial durante el primer semestre de 1977. Para ello se abrió un Expediente en el que se integraba como parte fundamental el Informe realizado por el Instituto de Estudios Riojanos que justificaba históricamente la modificación. La documentación estaba completa el día 22 de julio, y fue asumida y apoyada también por los Parlamentarios electos en las primeras Elecciones Generales del mes anterior en una reunión conjunta. Esta se remitió al Gobierno Civil para que siguiera el conducto legal en su camino hasta el Ministerio del Interior, y también se envió al Ministerio para las Regiones. La adquisición del nombre de La Rioja para nuestra provincia se terminó convirtiendo en un tema simbólico de máxima importancia para las futuras reivindicaciones autonómicas y regionales, tal como se dice en la moción aprobada en la Diputación para solicitarlo.

Los trámites de la administración provincial estaban cerrados, pues, en el verano de 1977, y sólo cabía esperar la respuesta del gobierno. Pero ésta se hizo esperar más tiempo de lo deseado, pese a que el seguimiento realizado sobre la cuestión fue continuo, y a que se habían dado pasos importantes de afianzamiento de otros símbolos, como la bandera, que comentaremos después, o la celebración del primer´"Día de La Rioja". En consecuencia se hizo necesario urgir al gobierno.

En este sentido el Senador Palomo preguntó al Gobierno, en la tan lejana fecha del 12 de mayo de 1979, casi dos años después de terminados los trámites, sobre la "marcha" del cambio de nombre de la provincia. Se le contestó el 1 de junio que faltaba el informe de la Real Academia de la Historia sobre la viabilidad de la petición, a la que se le había solicitado un año antes, el 26 de junio de 1978. Pese a ello, como el Gobierno a primeros de septiembre de 1979 aún no había dado ninguna respuesta concreta, el mismo Senador Félix Palomo "interpeló al mismo sobre cuáles eran las razones de esta lentitud y por sus intenciones sobre este asunto". El hecho supuso una agria polémica entre el Senador Palomo y los parlamentarios de la UCD que le acusaron de mentiroso. En respuesta el primero publicó una Carta cuyas ideas esenciales indicaban que el Ministro Fontán había dicho que no era conveniente cambiar el nombre por la presión del PNV de Alava a través de su Senador Bajo Faulo, y que pese a lo dicho por el Ministro, la UCD de La Rioja "anunció que había presentado una proposición de ley para tramitar el cambio de nombre de nuestra provincia". Pese a todo el cambio del nombre continuaba sin llegar, por lo que en 1980 los parlamentarios del PSOE tuvieron que volver a insistir. Lo hacía en el mes de mayo el Diputado Cosculluela en una entrevistas con Roel Tejada exigiéndole máxima celeridad en el cambio de nombre. Lo comentaba Palomo a principios de julio en una entrevista periodística.

Finalmente el 12 de septiembre de 1980 el Congreso de Diputados aprobaba, casi por sorpresa, la proposición de Ley del Senado por la que nuestra provincia de Logroño pasaba a denominarse Provincia de La Rioja. En el pleno estaban 260 Diputados. Votaron sí 256, y 4, que por motivos técnicos no habían votado, se contabilizaron como negativos. Los parlamentarios de la UCD, entrevistados por TVE esa misma noche, mostraban su satisfacción por la aprobación, pero señalaban también que deseaban seguir el proceso hasta llegar a una Autonomía total. El día 15 de noviembre de 1980 era sancionada y promulgada la Ley sobre el cambio de nombre. Por fin se hacía oficial uno de los símbolos más deseados por los riojanos y sus instituciones. La Rioja, nominalmente al menos, ya existía.