El 'futbolín' de Las Gaunas en sus años más gloriosos: treinta y ochenta
1987
Con el "cambio" otros retornaron. Entre ellos la cabecera, casi centenaria al resucitar, del periódico local La Rioja, que de Nueva nunca tuvo nada durante los años de la dictadura, y sobre todo regresó Don Marcos. La primera renace el 1 de julio de 1981 y el segundo volvió algo más tarde entre tesis “conspirativas” y “favores de amigotes” que aún algunos, pese a la que ha caído no hace mucho otra vez sobre la abeja, siguen en sus trece.
El diario, entre rumores de “favores y pagos” irregulares en algunas épocas, ahora sigue cada mañana saliendo a la calle bajo el patrocinio del Grupo Vocento. Eguizábal mientras tanto fue creando su leyenda, para unos de “villano”, para otros de “Don Marcos”. Se rememoraron sus años “de carro y burro-mulo” trajinando por La Rioja Baja; también aquellas excursiones turísticas mirando a El Mulacén y La Veleta y preguntándose por el agua de la vertiente norte de Sierra Nevada; como asimismo lo de sus consultas a técnicos de aguas freáticas israelíes, para después, según contaron, dedicarse a comprar tierras a los lugareños almerienses a peseta y levantar un vergel bajo plásticos que le forró. Con este capital en efectivo retorna a su tierra riojana cuando el cambio y por los días en que el Ministro socialista Boyer –otro de los del cambio y de fuerte ascendiente riojano- se lió con la expropiación de Rumasa y de tres bodegas de aquí, que según cuantificaron controlaban entre el 40-45% del vino de la Denominación Rioja. Marcos Eguizábal se hizo con las Bodegas Franco Españolas –nacidas en 1892 en Logroño- y con dos más (Paternina y Lan) que luego pasaron a otros empresarios.
"CLUB Deportivo Logroño". Larga historia
El 15 de junio de 1924 se juega el primer partido de fútbol en el Campo de Las Gaunas. Se enfrentan el titular del campo, Club Deportivo Logroño -reforzado-, y el aquipo francés "Vie au Grand, Air du Medoc". Ganan los locales por tres "goals" a cero, según cuentan las crónicas. Así empieza la historia de este mítico campo de la ciudad de Logroño, ya desaparecido por obra de la piqueta.
El primer momento de gloria del fútbol logroñés coincide con los finales de los "Felices Años Veinte" y los primeros de la IIª República. Y es que el Club Deportivo Logroño obtiene en 1928 el subcampeonato de la Federación Guipuzcoana de Fútbol. Y su papel en el Campeonato de España en 1931 es tan destacado como para llegar a las semifinales, siendo eliminado por el que fue campeón -el Athletic de Bilbao-; así como lo fue también en las temporadas anteriores a la organización nacional de la Liga.
La segunda etapa de gloria, ya con el nombre de Club Deportivo Logroñés, corresponde con los años iniciales de mediados del siglo, cuando juega la liguilla de ascenso a la primera división nacional en el año 1952. Queda el penúltimo clasificado y no asciende. Tendrán que pasar más de treinta años para que el Logroñés alcance 'la gloria' de jugar en PRIMERA DIVISIÓN.
Don Marcos y el "CLUB Deportivo Logroñés"
Pero en donde el “innovador” riojano Marcos Eguizábal se convirtió en “héroe” de hooligans futboleros de esta tierra fue desde la Presidencia del Club Deportivo Logroñés.
En la temporada 1986-87 Joaquín Negueruela y 'Chechu' Aranguren habían llevado al 'Logroñés' a PRIMERA DIVISIÓN. Y en ella jugaron la temporada siguiente (1987-88).
El 3 de junio de 1988 entra D. Marcos como Presidente del Club y se mantiene en él hasta el 22 de junio de 1996. Fueron siete temporadas en PRIMERA y una en Segunda, en la que otra vez asciende. Fueron ocho temporadas de ilusiones, de acertados fichajes, de buenos negocios, y también hizo que muchos enamorados del balón transformaran la Fuente de Murrieta en una Cibeles o Canaletas y que muchos se subieran por las paredes y se encaramaran en vallas publicitarias tales como las de Lanas Pingouín Esmeralda.
Así que con Don Marcos y con el cambio llegaron también a esta tierra los años más grandes del fútbol en la Comunidad. Fue un lujo muy efímero, que pasó –o le hicieron pasar- cuando llegaba a esta tierra también el final de lo del cambio, pero ahí ha quedado en la memoria de fin de siglo -1987- de muchos de los riojanos de entonces.