El pesimismo, que ya hiciera gritar “desde la oscuridad de su cabaña” a  Don Santiago en 1785 en favor de la rebelión fiscal en busca del futuro de su  tierra, inspira esta primera estrofa del poema de Don Manuel Pedro creando la  figura de la Matrona por el “murmurio halagüeño adormecida”. 
  
“Todo se muda con el nuevo auxilio,
  Que vuestro esfuerzo sabio facilita,
  Mejora todo, y a la gloria vuestra,
  Premio de tanto afán, todo conspira”
Así cierra 'Doralio' el poema  en 1796.
 
 Cargado de optimismo y esperanza establece que “todo conspira” a la mejora, a la  gloria y al premio, al comprobarse que algunos de los deseos propuestos por el  ilustrado Señor del Barrio se van cumpliendo. 
Entre  el arranque desmallado y desesperanzado y el cierre de optimismo exagerado, el  autor del Romance endecasílabo construye  la historia del terruño riojano a base de metáforas y guiños líricos. “El  cuerno de Amaltea en tal estado” (adormecida), o sea, “la abundancia misma” de  la tierra, –como ya dijera el ilustrado logroñés-, es “su enemigo”. Se hacía necesario,  por tal indolencia y desidia, un “sagaz mensajero”, Mercurio, que con su  caduceo y amable risa “deja, la dice, o Rioja, el torpe sueño, en que con gusto  y sin honor yacías, conoce tu interés, y pues los Dioses aman así tu bien, sean  tu guía”.
 
Prosperarás,  no dudes, 
extrayendo,
Sigue mi voz, y  seguirá tu dicha,
Dixo, y tornando a la  mansión celeste,
Vio la Matrona  levantarse activa”
 
 
Efectivamente,  la Matrona, o sea, la 
Sociedad Económica  de Cosecheros de La Rioja Castellana, aquel “deseo primordial” del logroñés  Don Santiago, se había creado en la Casa habitación de Don Francisco Antonio de  Tobía y Ubago en Fuenmayor en la primavera de 1790, un sexenio antes de la  cuarteta copiada arriba. A partir de esta fecha, se empieza a “
poner en planta la más mínima parte” de los  deseosexpresados por el ilustrado. Se  aprobará en Fuenmayor, en esa primavera del año noventa del siglo dieciocho, construir  el Camino carretil por el “rumbo” de la ribera meridional del Ebro. “El cuerno  de Amaltea”, al “levantarse activa”, va derramándose, desde el invierno de ese  mismo año noventa, cuando todos los apoderados riojanos se reúnen otra vez en  una nueva 
Junta General en la Torre  Fuerte de Montalvo del Conde de Hervías para concretar los detalles del Camino  hacia el puerto de Santander. Desde las navidades del año noventa se escucharon  muchas voces en La Rioja, que el poeta puso en versos como éstos: “a los  trabajos opongamos las fuerzas reunidas”; “lejos toda discordia: no hay alguna,  que no pueda ser útil”;  “venciendo  estorbos naturales, con fáciles caminos den salida a los sobrantes frutos, y  conduzcan lo más precioso de remotos climas”; “abran otros, canales, que  transformen el más árido campo en huertas ricas”; “enriquezcan el suelo con  plantíos de mil distintos árboles”; “al Ebro undoso, al Hoja cristalino, al  Iregua, Tirón y Najerilla, que el paso impiden con furiosas ondas, otros con  puentes abran senda fixa”. Puestos en rimas, con adjetivos e hipérbaton unidos,  ritmos métricos y musicalidad añadida, es decir, en pura poesía, están muchos  de los deseos enumerados ya por Don Santiago Vicente del Barrio. El poeta navarro  
Sánchez-Salvador y Berrio se limita a ingeniar mitos poéticos para recrear la  historia. 
“Dóciles a su voz luego se esparcen,
Qual oficiosa vanda  de abejillas
A exercer con usura  sus talentos
Poniendo en obra quanto el cielo  inspira”
……………..
“De hoy mas Ebro  dichoso en tu ribera
A un tiempo crecerán  la verde oliva,
La vid frondosa, con  opimos frutos,
Y con aumento la dorada espiga”.
Los visitantes en el patio del Museo, y todos Vds. lectores,  entenderán el conjunto de figuras y frases del emblema de La Sociedad Económica de cosecheros de La Rioja, si han seguido con  atención nuestro relato-resumen del Romance  endecasílabo. El salmantino Antonio Carnicero Mancio, Pintor de Cámara de  Carlos IV, y el valenciano Fernando Selma, Grabador de Cámara del mismo rey, -compañeros  de Bayeu y de Goya, entre otros, en la Fábrica de Cartones para tapices de la  Corte– firman en la base, como autores, del conjunto. Para su figuración escultórica,  sin duda, y mientras no aparezcan documentos que digan lo contrario, bebieron  del Romance de Doralio cuando recibieron el encargo -¿por  quién, cuándo y por cuánto?- de diseñar el emblema de la Real Sociedad Riojana. La periferia del total del diseño tal vez  sea un añadido posterior. Lógicos son los racimos de la izquierda, aunque estén  desubicados, pero ¿por qué la larga espiga? ¿No es una Sociedad de Cosecheros de vino? ¿Es quizás una  concesión más a la unidad de la Rioja Castellana, pues todos sus pueblos –de  cosecha o no- en estas fechas venían reuniéndose sin distinciones en sus Juntas. Como es también otra llamada a  la unidad el rótulo del titular inferior: R.  Sociedad de La Rioja. Así, a secas, sin otros calificativos. En el corazón  del tondo, o en lo que parece la  parte del proyecto originario del emblema, están presentes los personajes mitológicos  aludidos en el romance de Doralio.  Amaltea, con su “cuerno derramado”, ocupa el ángulo izquierdo del triángulo de  la composición; en la cúspide o vértice se muestra, entre nubes, “a Mercurio  sagaz” que llega al “Ebro anciano” y con su caduceo con amable risa dice “deja,  o Rioja, el torpe sueño” y le explica que sólo “prosperarás extrayendo”; y el ángulo de la derecha se completa con  tres ojos de un puente -¿genérico o concreto, de ello escribiré después?- y más  en lontananza el campanario de una iglesia.
Las cuartetas  de Doralio quedan primero impresas  en papel, y más tarde se convierten en grabados sucintos para encabezar los documentos  y publicaciones de la Sociedad. así como en esculturas decorativas en piedra como  la que hoy está guardada o arrumbada –y es visitable- en el actual Museo de La  Rioja.