Los contenidos gráficos no son decorativos. Constituyen una parte esencial del libro. Con ellos queremos presentar las imágenes más destacadas de cada una de las protagonistas, conocer sus rostros, sus aportaciones, sus presencias en la vida cuotidiana de cada una. Casi todas las imágenes están en las publicaciones del pasado y algunas, que no lo estaban, nos han sido cedidas por sus familiares o por aquellos que las han conservado durante tiempo, por lo que se lo agradecemos sinceramente, aunque, si duda, son las propias protagonitas las que más se lo agradecerán. Y más aún la propia Historia que será una forma de darles presencia y romper el silencio, y recuperarlas del olvido.
Examínenlas, mirénlas con el mismo detenimiento que lean los textos y saquen las consecuencias. Y no es por aquello de que una imagen vale más que mil palabras, porque no es cierto, sino porque ambos contenidos -de texto y de imagen- se complementan, se auxilian, y dan mayor verosimilitud a la publicación y a la propia realidad.
He situado en la contraportada a Adela Lorza Farias cuando ya rondaba el medio siglo de vida y residía en la Isla de Cuba. Fue la primera 'niña' riojana -sólo tenía diez años recién cumplidos- que hizo el examen de 'Ingreso' para acceder al Bachillerato. Tuvieron que pasar casi cuarenta años para que los profesores y 'los niños' vieran una cara femenina atenta sobre el pupitre del centro escolar. Y más importante aún es que completó todas las asignaturas -y con buenas calificaciones- y llegó al Grado de Bachiller. Sin duda, es uno de los grandes hitos de la Historia de las mujeres en La Rioja y por eso está situada en un lugar preferente de la publicación.
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