El 'crimen de Haro'. La Rioja Negra
1928
Las muertes por violencia, especialmente con armas blancas, fueron muy frecuentes durante el siglo XIX y primera mitad del XX, sobre todo en verano. Incluso en algún día se producían hasta tres, como en la noche del 8 de agosto de 1892, que murió un peón caminero en Herramélluri, otra persona en Enciso y una tercera fue herida con arma de fuego en Santa Eulalia Bajera. Aquí analizamos un infanticidio sucedido en "La Eras" de Haro.
La niña Blanquita Carro

Los hechos
La primera pista de los posibles asesinos fue dada por la niña Blanquita Caro la misma noche de su desaparciión que informó había visto al niño en compañía de un joven de unos catorce años en la calle de Santa Lucía a las ocho de la noche.

El 11 de octubre, a eso de las tres y media de la tarde, un vecino encontró en Las Eras unas ropitas de niño, que resultaron ser las del buscado. Puesto el hecho en conocimiento del Juzgado se hicieron excavaciones en los "tamares" inmediatos y a poca distancia se dio con el cadáver del niño Eugenio, "que aparecía desnudo y presentaba varias erosiones en algunas partes del cuerpo".

El cadáver fue trasladado al Hospital para realizar la autopsia esa misma tarde. Fue realizada por tres médicos de la población: doctores Pousa, Campo y Mozos. Se eliminó la hipótesis de que el niño muriera por axfisia y se hizo patente que fue por congestión, a consecuencia de los fuertes golpes recibidos en la cabeza.

El día 12 el Juzgado se trasladó al pueblo de Villalba, acompañado de la niña Blanquita Caro, para realizar diligencias de investigación.

El día 13 por la noche son detenidos una mujer y sus dos hijos. La mujer y su hijo mayor ingresaron en la cárcel y el otro hijo, por ser menor de edad, quedó en el reten de los serenos. La misma noche son interrogados los dos primeros y en la mañana del día 14 el segundo. En el tren de la mañana del día 13 llegaron de Madrid dos agentes de la Brigada de Investigación.

La conducción del cadáver, en la tarde del día 13, a las cuatro y media, fue una imponente manifestación de duelo.
En la tarde del 11 de octubre de 1928 fue descubierto enterrado en "Las Eras" de Haro, por encima de la bodega del Señores Gómez Cruzado, el niño de tres años y medio Eugenio Llorente Mazón, hijo del médico oculista de la localidad D. Guillermo.

Había desaparecido la noche anterior cuando estaba en la plaza de la Paz con las sirvientas de la casa. Se pasó la noche en su busca sin ningún tipo de resultados.
Reconstrucción de cómo que fue hallado el cadáver
En las Eras de Haro
En la imagen, la reconstrucción de los hechos por las autoridades en el lugar en que fue encontrado el cadáver.
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El Juez Ricardo Sánchez  y la niña Blanca Carro

LOS ASESINOS

Fueron detenidos y encarcelados Felipa Ochoa García, y su hijo Formerio de 32 años.

"El cuerpo de la víctima presentaba más de un centenar de contusiones y erosiones y pequeñas heridas"

Abajo

Casa habitación de la familia de los detenidos marcada con una cruz.

Vivienda de los asesinos
"Si en los detenidos en Haro la justicia ha acertado con los autores, compadezcámosles como delicuentes.
Compadezcámosles, odiando su delito, porque hay crímines admisibles en la flaqueza y en la pasión humana, pero en éste, más que la pasión humana se han revelado los intintos de la fiera"

Corresponsal de "La Rioja" - Haro