Los hechos
La primera pista de los posibles asesinos fue dada por la niña Blanquita Caro la misma noche de su desaparciión que informó había visto al niño en compañía de un joven de unos catorce años en la calle de Santa Lucía a las ocho de la noche.
El 11 de octubre, a eso de las tres y media de la tarde, un vecino encontró en Las Eras unas ropitas de niño, que resultaron ser las del buscado. Puesto el hecho en conocimiento del Juzgado se hicieron excavaciones en los "tamares" inmediatos y a poca distancia se dio con el cadáver del niño Eugenio, "que aparecía desnudo y presentaba varias erosiones en algunas partes del cuerpo".
El cadáver fue trasladado al Hospital para realizar la autopsia esa misma tarde. Fue realizada por tres médicos de la población: doctores Pousa, Campo y Mozos. Se eliminó la hipótesis de que el niño muriera por axfisia y se hizo patente que fue por congestión, a consecuencia de los fuertes golpes recibidos en la cabeza.
El día 12 el Juzgado se trasladó al pueblo de Villalba, acompañado de la niña Blanquita Caro, para realizar diligencias de investigación.
El día 13 por la noche son detenidos una mujer y sus dos hijos. La mujer y su hijo mayor ingresaron en la cárcel y el otro hijo, por ser menor de edad, quedó en el reten de los serenos. La misma noche son interrogados los dos primeros y en la mañana del día 14 el segundo. En el tren de la mañana del día 13 llegaron de Madrid dos agentes de la Brigada de Investigación.
La conducción del cadáver, en la tarde del día 13, a las cuatro y media, fue una imponente manifestación de duelo.