Este transfondo fundamentalmente económico de las Juntas de la Sociedad
Económica de Cosecheros, sin embargo, se veló con abundante retórica,
con pura poesía, como es bien patente hasta en el emblema para sellar
sus acuerdos, o mejor aún en el Romance endecasílabo que dirigía
a la Real Sociedad de la Rioja Castellana, Don
Manuel Pedro Sánchez
Salvador y Berrio: leído en las Juntas Generales en Haro el día
8 de mayo de 1796 . "En la margen feliz, que el ancho Ibero con
apacible curso fertiliza, noble Matrona descuidada yace al murmurio
halagüeño adormecida ..... El cuerno de Amaltea, que en sus brazos
era de la abundancia rica insignia, cae en el suelo descuidadamente,
y el suelo llora su cercana ruina:"
Como también quedaron ocultas
otras muchas intenciones, incluidos hasta los escasos resultados
prácticos generales aportados por la Real Sociedad a La Rioja desde
sus inicios hasta cerrada la guerra "contra el invasor francés",
pese a que unánimemente sus protagonistas, cómo no, y la literatura
elaborada después sobre el tema, proclamara su eficacia.
Y es que el rosario de ideas y propuestas tratadas en sus reuniones
anuales se quedaron casi siempre en un mero catálogo de buenas intenciones,
en cuasi-florituras poéticas, al estilo de estos ocho versos en
consonante del mismo Romance mencionado anteriormente: "A Mercurio
sagaz su mensagero con presto vuelo del Olimpo envían a disipar
el sueño, que a su amada con torpe languidez tuvo oprimida:" .....
"Dexa, la dice, o Rioja, el torpe sueño, en que con gusto, y sin
honor yacías; conoce tu interés, y pues los Dioses aman así tu bien,
sean tu guía: Prosperarás, no dudes, extrayendo, sigue mi voz, y
seguirá tu dicha, dixo, y tornando a la mansión celeste, vio la
Matrona levantarse activa".
Pero la "Matrona", entiéndase la Real Sociedad Económica de Cosecheros
de La Rioja Castellana, sólo concluyó el Camino desde Logroño "en
el confín de Agoncillo ... hasta el confín de Cellorigo". Y no hizo,
al "levantarse activa", mucho más con anterioridad a la Guerra de
la Independencia.
Sin embargo fueron germinando otras posibles intenciones
e intereses, también ahora escasamente diáfanos, pero de gran valor
posterior para la búsqueda de una más provechosa, para los intereses
de los grandes hacendados, "autonomía provincial administrativa".
Se había conseguido poner en marcha entre los pueblos de La Rioja,
aunque no exenta de problemas varios, una cierta unidad esencialmente
económica, y sobre ella se fue fraguando otra de tipo muy distinto,
pero de más amplios vuelos y posibilidades, que desembocaría en
una tendencia integradora de marcado acento político. Si los riojanos
podían resolver por sí solos las necesidades de las infraestructuras
viarias de su demarcación, ¿por qué iban a tener que acudir a tantas
leguas, es decir, a Soria y Burgos, para solventar los asuntos de
cualquier otro signo?. Busquemos, pensaron en consecuencia, superar
la dependencia administrativa y convertirnos en provincia independiente,
con nuestra capital mucho más cerca.
La conciencia provincialista
estaba clara. Pero su definición política concreta aún no llegará,
aunque la Real Sociedad Económica siguió viva y activa e incluso
en las Juntas Generales celebradas en la Ciudad de Logroño el 3
de septiembre de 1805 se definieran los límites territoriales regionales
en una Disertación Geográfica del canónigo Llorente para demostrar "qual deva"
ser la extensión de la Rioja. Se deberá esperar algunos años, no
muchos. Se producirán coyunturalmente otras circunstancias y modos
de relacionarse entre las poblaciones riojanas, así como también
un relevo generacional de protagonistas que asumirán la conciencia
provincialista riojana desde esta óptica, como veremos.