La Rioja padeció las tres invasiones de cólera morbo que se dieron en el resto de España en el siglo XIX.
♦ La primera en los años 1834 y 1835 durante Guerra Carlista
. la primera en el invierno de 1854; y
. La segunda durante todo el verano y gran parte del otoño de 1855. Tuvo una especial vilurenlencia porque en estas últimas fechas se estaban construyendo las alcantarillas de la ciudad.
♦ La última invasión fue en el
año
1885. Es la más débil, en saldo de muertes, de las tres.
Invasión de 1834-1835
El cólera morbo "vehiculado por toda España por el ejército del
Marqués de Rodil", según nos dice Nadal, fue uno de los condicionantes y de los sucesos más
trágicos y duros de los primeros años del reinado isabelino en la provincia
de Logroño.
Los Protocolos Notariales crecen especialmente en documentos testamentarios
durante 1834-1835 como muestra de la angustia e inquietud de un futuro de vida
posiblemente muy corto.
En gran parte tenían razón para ello. Las cifras de óbitos debidas al cólera
lo confirmaron. Fenecieron 4.895 riojanos, es decir, un 3,3 % de la población
de la provincia, de una epidemia que había afectado a 21.102 personas (sobre
147.000 aproximadamente) de 80 poblaciones, como se recoge en el
Boletín Oficial
de Logroño del 1 de junio (p. 189) y 15 de junio de 1835 (pp. 212-213).
En el caso concreto de la ciudad de Logroño el cólera duró 67 días, iniciándose el último día del mes de agosto y prolongándose durante el mes de septiembre y octubre. Fueron invadidas 265 personas de las que murieron 171, es decir, el 64,5 % de las invadidas. Representan el 2,6 % de los habitantes de la ciudad.
Y esto en un momento de ínfimas condiciones de vida, profunda crisis económica
y en plena guerra civil carlista en la frontera con la provincia.
Invasión de 1854-1855
En
1854-1855 se extendió por España otra epidemia de cólera que se llevó tras de
sí a 236.774 vidas. El balance final para la provincia de Logroño fue "la amputación
de más del 5 % de sus habitantes".
El caso concreto de Logroño capital ha tenido eco en nuestra biblografía histórica
por la facilidad de su estudio al existir en el Archivo Municipal un
Libro
de Actas que recoge paso a paso la acción de la epidemia, así como también
se ha examinado en algunas otras poblaciones de la provincia, como Arnedo y
Cenicero.
Este ataque de cólera tuvo dos períodos: el primero en los meses de noviembre
y diciembre de 1854, y el segundo entre junio y octubre de 1855. El primer período
fue en Logroño de una virulencia extraordinaria, entre el 17 de noviembre y
el 24 de diciembre la ciudad perdió 365 habitantes y, más concretamente, entre
el 20 y el 30 de noviembre, fueron 323 los muertos. La zona más afectada fue
la Parroquia de Santiago el Real, con casi el 66 % de las defunciones. Le siguió
la Parroquia de Palacio con el 23 %, y el resto, 43 muertos, fueron parroquianos
de La Redonda. En el segundo período murieron en total 244 logroñeses. Entre
ambos ataques había desaparecido el 5,74 % de la población total de Logroño.
La virulencia de la epidemia en Logroño capital estuvo muy unida a la deficiente
infraestructura higiénica en los desagües y alcantarillados que en estos años
se estaban construyendo.
Invasión de 1885
Este ataque del cólera fue muy débil en la provincia de Logroño,
si es comparado con las dos pandemias anteriores de 1834 y 1854-1855. Incluso
examinando los Registros Civiles de defunciones o los Libros Sacramentales de
Difuntos no se da un incremento señalado, cuantificándose cifras
similares a los años previos y posteriores a la epidemia.
Y es que las circunstancias habían cambiado sustancialmente en relación
con los dos ataques anteriores. En estos años la higiene no era tan deporable
y las deficiencias de calorías no eran tan señaladas. Además la
pandemia llegó en unas fechas en que se gozaba de un destacada bonanza
económica en la provincia como consecuencia del "boom" del
vino y de la salida a Francia a través de los comisionistas.
Asimismo se habían acrecentado las previsiones y las autoridades se habían preocupado
de establecer controles con anterioridad a la invasión de la región. Incluso
había destinado a facultativos concretos para que se ocuparan de poner
todos los remedios oportunos y estudiaran con los más destacados epidemiólogos
del país la situación.
Pese a todo esto, aún se acumularon 1.220 muertos en toda La Rioja. (Estadística de Sanidad del Gobierno Civil - BOPL)